Voy a hacer esta entrada sobre la importancia de nuevo de la educación y agradezco la lucidez de Claudio Naranjo. Es vital que nos demos cuenta que este mundo loco no va a ser mejor si cada uno de nosotros no emprende un camino de transformación interior.
Coincido con él en que la educación ha de contemplar al ser humano como un conjunto que necesita equilibrio mente-cuerpo-emoción y para eso se necesita tiempo, atención, observación y que los adultos sean ejemplo.
No somos conscientes de "la pérdida de contacto con nuestra identidad profunda" en esta vorágine de hacer y reproducir el sistema y sus modos de hacer. Y así tenemos un mundo de personas serias, atareadas, infelices, sumisas, que se limitan a sobrevivir en lugar de vivir, con escasas excepciones.
Reaprender otras maneras, desaprender lo que no nos está siendo útil sólo puede hacerse si somos conscientes de que algo estamos haciendo mal.
Ocurre, sin embargo, que una educación que tenga como objetivo el desarrollo de la persona hacía su propio autoconocimiento para poder llegar a la plenitud y a la autorrealización es algo que al Poder le asusta, porque pierde el control, y a muchas personas normales también nos asusta qué podría pasar si miro mucho hacía adentro... La gente feliz es incontrolable y la gente libre piensa por sí misma y se responsabiliza y toma decisiones...
A todo esto, unas preguntas que dejo ahí antes del enlace a la entrevista a Claudio Naranjo:
¿Nos es más cómodo mantenernos en la abulia y supervivencia sumisas?, en el área cómodamente incómoda en que estamos.
¿Estamos dispuestos a asumir el reto de saber quién somos y de vivir atendiendo nuestro cuerpo y nuestras emociones, permitiendo su expresión ? Conectarnos con nuestra propia naturaleza es un inicio para respetarnos y mirar al otro con una mirada distinta.
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