Desde la rama humanista de la psicología que es la Terapia Gestalt, se enseña a atender a lo que le ocurre a nuestro cuerpo en cada instante, a poner conciencia de qué estoy sintiendo en el aquí y el ahora. Esto no es nada esotérico. Es simplemente una técnica para centrarme en el presente y hacerme posible escapar a la neura, al pensamiento que no para, y que se rige por todos los introyectos aprendidos. Es una forma de poder conectar con lo que me pasa y salir de la desconexión, del escapismo al que me someten mis pensamientos veloces e infinitos.
Para explicarlo sencillo: nos perdemos el presente porque nuestro pensamiento suele estar en el pasado o en el futuro, en lo que recuerdo que pasó y en lo que proyecto que pasará. En ambos casos mi mente fantasea, pone de su cosecha, en función de las creencias y también como mecanismo de protección frente a lo que no me gusta y me crea dolor o miedo.
Conseguir estar el mayor tiempo posible en el aquí y el ahora me permite respirar cada instante dándome cuenta de qué está sucediendo y valorarlo como un tesoro. Cada momento es único y de cada instante puedo aprender alguna cosa. Reconocer lo que me ocurre ahora, me guste más o me guste menos, consigue que sienta que estoy viva y tenga conciencia del momento. Con esto gano en libertad ya que puedo plantearme qué hago con lo que me está ocurriendo en cada instante.
Si por el contrario estoy en la neurosis, en los debería hacer o debería haber hecho, entro en una senda caótica, en un bucle del que no sabré cómo salir. Me sumerjo entonces en un infinito de pensamientos que no dejan de ser una irrealidad detrás de otra. Si soy capaz de venir al ahora, sintiendo que me ocurre a nivel corporal, puedo parar el bucle. Puedo apoyarme en mi respiración y encontrar algo de calma.
Es desde esta calma desde la que puedo ver con algo más de claridad. Cuando respiro y me siento, puedo valorar que estoy viva, que soy algo más que todo ese embrollo mental. Desde ahí puedo observar qué me sucede, que necesito y cómo movilizar mi energía para satisfacer esa necesidad.
En Gestalt se habla de salud en función de cómo me relaciono con el mundo cómo soy capaz de completar el ciclo de las necesidades (sensación-toma de conciencia-energetización-acción-contacto- retirada).
Vivir supone un camino de aprendizaje y de adquirir conciencia. A medida que esta aumenta puedo vivir con mayor plenitud. A través de espacios de práctica de movimiento corporal y de meditación en movimiento adquiero destreza en sentirme en cada momento. A la vez consigo descontracturar mi cuerpo.
Con los años, el estrés, los comportamientos que son normativos socialmente, los miedos, los hábitos alimenticios y la contaminación del aire, van haciendo mella en nuestros sufridos cuerpos, y aparecen los dolores de espalda, de articulaciones varias y eso nos lleva a sentirnos bajos de energía.
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Te propongo que busques en tu ciudad un grupo de movimiento libre porque es un gran invento para liberarse física y emocionalmente y aprender mucho sobre nosostros mismos.
Si te apetece permitirte crear, sentir y obedecer un poco menos, podemos formar un grupo de práctica de movimiento libre y espontáneo.
Si te interesa formar parte de un grupo de entrenamiento contacta con
cocomoviment@gmail.com y montamos un grupo para crecer disfrutando.
El movimiento libre y espontáneo practicado en un grupo te permitirá ganar en amplitud de movimiento en un entorno seguro. Podrás aflojar tensiones, con respeto y escucha hacia ti mismo y los demás. Utilizo herramientas de Movimiento Expresivo,
TERP y Terapia Gestalt. Pondrás en movimiento tu energía. Podrás sentir qué bueno es abandonarte, moverte según tu cuerpo necesite, sin esfuerzo, permitiéndote el encuentro con el goce de moverte sin normas, atreviéndote con posturas que ni se te habían ocurrido y que te encantará probar. Mejorarás tu capacidad de respirar y ganarás en flexibilidad tanto corporal como en tu vida diaria y eso te dará mayor seguridad en ti y aceptación de lo que eres y de lo que necesitas en cada momento.
Y si te han diagnosticado de fibromialgia, también deberías probar. Esta técnica no te obliga a nada, te invita a que escuches qué necesita tu cuerpo y la música hace "milagros".
¡Ya está bien de seguir en un estado de apatía y falta de ilusión! La vida vuela. ¡No la dejes escapar sin atreverte a vivirla!